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sábado, 14 de mayo de 2011

EL VALOR DEL OPTIMISMO


Una vez leí una frase en inglés, impresa en la camiseta de un joven, decía: “the future will be better tomorrow.” (“el futuro será mejor mañana.”). A priori, asocié la frase con la palabra optimismo, actitud positiva, a pesar de lo que pudiera depararnos el día de mañana. El Diccionario de la Real Academia Española define el optimismo como la “Propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable.” Y como “Doctrina que afirma la bondad fundamental del mundo.” Sobre este tema trataré hoy.
El libro de Génesis, en la Biblia, enseña sobre la creación del mundo. Pero también, acerca del optimismo; después de cada período creativo Dios observa su obra. Las Escrituras dicen: “Y vio Dios que era bueno.”, incluso, al finalizar su obra, “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera.” El Señor se siente complacido de sus obras, le satisfacen, se deleita en ellas. No cabe duda, que las obras de un ser perfecto son también perfectas, y le producen optimismo, felicidad.
Cada día, la prensa nos agobia con malas noticias. Terremotos por aquí, bombardeos por allá, los asesinatos están a la orden del día. Ante esta situación, uno se pregunta a veces cuáles son las buenas noticias, puesto que las malas pueden producirnos preocupación, depresión y estrés, que afectan a nuestra salud, entonces ¿Cómo podemos cultivar el optimismo en los tiempos de crisis?.
En el exitoso libro “Los siete hábitos de la gente altamente efectiva” de Stephen R. Covey, encontré algunas citas que me inspiran: “Tu actitud determina tu altitud”, “la sonrisa hace más amigos que el entrecejo fruncido” y “la mente humana puede lograr todo lo que concibe y cree.”; el libro “La Actitud mental positiva”, de Clement Stone-Napoleon Hill nos llena de energía. También la película La Vida es bella, de Roberto Benigni, nos inspira; la actitud mental positiva es nuestro amuleto de la buena suerte. La buena suerte no nos llega al azar. Tenemos que ir a buscarla. Y esta búsqueda requiere determinación, fe y optimismo. Para ello tenemos que adiestrar nuestra mente para lograrlo: escuchar música, leer buenos libros, tener amigos, la meditación y la oración nos ayudan a mantener la alegría y el optimismo; a mí también me estimulan las redes sociales: http://www.facebook.com y la página cristiana: http://www.lds.org/spanish.
En tiempos de crisis en que vivimos, la vida del apóstol Pablo, Napoleón, Abraham Lincoln, Helen Keller, la Madre Teresa de Calcuta, etc., nos pueden enseñar el optimismo para la gestión del cambio; hay pesimistas muertos en vida, no seas uno más de ellos. Pero, el futuro es esperanzador para los optimistas; el futuro cuenta contigo. Apúntate.

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